Probablemente para un jugador como LeBron
James, que pareciera haber sido concebido para dominar el deporte de la canasta
a nivel planetario, el hecho de jugar en
la NBA no suponga un hito personal excesivamente elevado. No imagino a quien se
auto corona “Rey”, en la soledad de su inmensa mansión de South Beach, tumbado
en la cama, mirando al techo diciendo: “tío, que pasada! Estoy jugando en la
NBA!!” para acto seguido exhalar un profundo suspiro de satisfacción y caer en
los brazos de Morfeo con una media sonrisa dibujada en su rostro. Sus metas
están en dominar el baloncesto. Su motivación reside en ser uno de los mejores
jugadores que hayan jugado jamás a este deporte, jugar en la NBA es algo que se
daba por hecho prácticamente desde su preadolescencia. Pero para un niño nacido
en una pequeña ciudad Israelí de poco más de 30.000 habitantes ó en un pueblo
de una exótica isla caribeña, llegar algún día a vestir la misma camiseta que
llevaban las estrellas de los posters que empapelaban su habitación, es poco
más que un sueño inalcanzable. Sin embargo algunos de esos niños hicieron de su
deseo algo más que un simple anhelo de niñez, y lo consiguieron, formaron parte
de un equipo NBA.
Estos
son los jugadores que, venidos de los más remotos rincones del planeta,
consiguieron ser no solo pioneros, si no también únicos. Son los únicos
jugadores de sus respectivos países que han conseguido jugar en la NBA. Poco
importa el rendimiento. En muchos casos sus presencias fueron meramente
testimoniales ocupando un lugar en lo más profundo del banquillo de alguna
franquicia perdedora. Algunos llegaron a tener un rol de cierta importancia y
otros solo estuvieron por allí y celebraron su única canasta o sus dos únicos
rebotes con la misma ilusión que LeBron celebra un anillo. Pero lo
verdaderamente importante es que todos ellos cumplieron su sueño y un hito que
nadie más ha conseguido hasta la fecha en los países en los que nacieron, pertenecer
a la mejor liga de baloncesto del mundo. Y algún día podrán contarle a sus
nietos: “Yo jugué en la NBA”.
Ha Seung-Jin (Seúl, Corea del sur
)
Tras un año en la Universidad Yonsei, una de
las más prestigiosas de Corea del sur, en el que consiguió ganar el título
nacional, en 2003 Ha Seung-Jin se traslada con su familia a Los Angeles, donde
lleva a cabo un programa de entrenamiento preparatorio para entrar en el draft
de la NBA. En 2004 fue seleccionado en la 46ª posición del draft por Portland Trail
Blazers, y sin duda sus 2,21 metros de
altura y su juventud, apenas 19 años, fueron el principal argumento de su
elección. También contribuyó el hecho de que por aquellos años otro gigante de
origen asiático como Yao Ming se convirtiera en todo un fenómeno mediático en
la NBA. Pero pronto quedo claro que cualquier parecido de Seung-Jin con Yao no
iba más allá de su enorme estatura y sus ojos rasgados. Jugó solo dos
temporadas con los Blazers aportando poco o nada al equipo. En 2006 fue
traspasado a Milwaukee Bucks con los que no llegó a debutar al ser cortado
antes del comienzo de la temporada. Después de un breve paso por los Anaheim
Arsenal de la D-league volvió a su país. Finalizó su carrera en la NBA con unos
promedios de 1.5 puntos; 1.5 rebotes y 0.3 tapones en 46 partidos.
Garth Joseph (Roseau, Dominica
)
Por JF9. Puedes leer el artículo completo en: http://www.sweethoops.com/2014/03/01/yo-jugue-en-la-nba-pioneros-llegados-de-los-mas-remotos-lugares-del-planeta/
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