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lunes, 17 de febrero de 2014

ALL STAR WEEKEND, LOS ORÍGENES DE LA GRAN FIESTA DEL BALONCESTO

En una liga tan competitiva y cargada de partidos como la NBA, el parón del All-Star cobra una gran importancia. Para los jugadores supone unos días de asueto y diversión dentro de la vorágine del día a día. Un balsámico alivio de la continua presión por cumplir expectativas y tener buenas actuaciones cada noche. Para los entrenadores supone un respiro en sus apretados plannings de trabajo y un tiempo extra para poder hacer balance de resultados y revisar o cambiar sistemas y jugadas de cara a la segunda mitad de la temporada. Pero probablemente, para quienes más carácter festivo tiene este evento, son los aficionados al baloncesto. Ver a la nómina completa de estrellas de la liga sobre una cancha ya merece mucho la pena, pero el All-Star es mucho más. Es ver a los recién llegados presentar sus credenciales ante el mundo. Es la tensión y el espectáculo que aseguran (salvo algún año para el olvido) los concursos de mates, triples y habilidades. Es la oportunidad de volver a ver a viejas glorias de la liga con sus kilitos de más y sus sienes plateadas. Es en definitiva, la gran fiesta del baloncesto americano. Pero esta fiesta no siempre estuvo acompañada de los fastos y pompas que hoy en día la conforman, sus orígenes fueron inciertos y estuvieron marcados por la polémica.


Foto: simhoop.com

Revulsivo para una NBA en horas bajas

 A principios de la década de los cincuenta, el baloncesto americano quedó herido de gravedad tras destaparse un gran escándalo de apuestas ilegales y amaño de partidos en la competición universitaria. La repercusión fue enorme y hubo sanciones ejemplares, llegando sus consecuencias a todos los estamentos baloncestísticos del país, lo que produjo una tremenda caída en la ya de por si escasa popularidad de la que disfrutaba por aquella época el baloncesto en la sociedad americana. Maurice Podoloff, primer comisionado de la NBA, decidió reunir de urgencia a los propietarios de las franquicias que formaban el campeonato en esos momentos para buscar una solución e intentar volver a atraer la atención de los aficionados hacia el deporte de la canasta. Fue Haskell Cohen, relaciones públicas de la NBA, quién sugirió en aquella reunión la celebración de un partido entre las estrellas de la liga divididas en dos equipos correspondientes a cada una de las dos conferencias, pero la idea no tuvo demasiado éxito entre los propietarios, sabedores del escaso seguimiento que el baloncesto tenia entre el gran público y poco dados a gastos superfluos para sufragar actividades de carácter lúdico. A excepción de uno de ellos. Walter Brown, fundador y propietario de los Celtics de Boston, se sintió atraído de inmediato por aquella idea y se ofreció a organizar y financiar de su propio bolsillo el primer partido de las estrellas.
Llega el primer All-Star
El 2 de marzo de 1951 se disputó el primer All-Star Game en el Boston Garden. Y aquella arriesgada apuesta gestada meses atrás, resultó ser un grandísimo éxito. Más de 10.000 espectadores abarrotaron las gradas del Garden para ver el encuentro y los jugadores respondieron ofreciendo un gran espectáculo sobre la cancha.

Por JF9. Puedes leer el artículo completo en: http://www.vavel.com/es/baloncesto/nba/328746-all-star-weekend-los-origenes-de-la-gran-fiesta-del-baloncesto.html